lunes, 28 de febrero de 2022

Yo soy todo. Soy, y soy

 



¿Qué pasa? Cuando morimos. ¿Qué pasa?

El problema de todo este asunto es el concepto Yo, no es adecuado. No está bien, no es…. NO ES.

¿Cómo lo he olvidado? ¿Cuándo lo he olvidado?

El cuerpo para, de célula en célula, pero el cerebro sigue alimentando las neuronas, pequeños rayos como fuegos artificiales.

Ahora estoy aquí muy ocupada recordando.

Recuerdo que cada átomo de mi cuerpo se forjó en una estrella. Ésta materia, éste cuerpo es sobre todo un espacio vacío… y la materia sólida? Es sólo energía que vibra muy despacio y yo no existo; nunca lo he hecho.

Los electrones de mi cuerpo se mezclan con los electrones del suelo que tengo debajo y con los del aire que ya no respiro, y recuerdo que no tiene sentido donde acaba todo eso y empiezo yo.

Recuerdo que soy energía; no memoria, ni un ser. Ni nombre, ni personalidad, ni selecciones llegaron después de mí. Yo estaba antes que eso, y estaré después. El resto son imágenes que he ido recopilando, son pequeños sueños impresos sobre mi moribundo cerebro. Y yo soy el rayo que salta entre medias, la energía que activa esas neuronas y… estoy regresando. Con solo recordar, estoy volviendo a casa. Es como una gota de agua que vuelve a caer en un océano y del que siempre ha formado parte. 

Todo es, una parte. Somos una parte. Tú, yo, y mi madre, y mi padre, todos los que ha existido. Cada planta, cada animal, cada átomo, cada estrella, cada galaxia, todo.

Hay más galaxias que granos de arena en una playa y a eso nos referimos cuando decimos Dios. Al todo. El cosmos y sus infinitos sueños.

Somos el cosmos que sueña consigo mismo. Es un sueño que creo que es mi vida siempre. Olvidaré esto, siempre lo hago, siempre olvido mis sueños. Aunque ahora, en este segundo, en este momento que recuerdo, en este instante lo comprendo todo de golpe. No hay tiempo, no hay muerte; la vida es un sueño. Es un deseo pedido una y otra, y otra, y otra, y otra vez hasta la eternidad. Y yo soy eso, lo soy todo. Soy todo. Soy y soy.

 

Extracto de la serie Misa de medianoche