El propósito de la Flor es atraer al Colibrí para que beba del néctar de la vida.
Su color, su forma, su textura, su aroma, su belleza fueron creados para tal fin, el de servir, el de tender puentes que conectan a otras formas de vida.
Así, la flor quedará satisfecha, pues habrá cumplido su destino, su misión, su propósito, su sino, su deseo, su sueño y su anhelo.
Su cuerpo, su alma y su espíritu se alinearon para eso, para entrar en COHERENCIA y llamar al Colibrí, y dar así sentido a su existencia.